Inesuchy
Tiempo, momentos, pensamientos, sentimientos, cosas que nos acompañan allí donde vayamos, buenos, malos, regulares, indefinidos, muchos son sus calificativos, pero todo nos describe, no en un momento, si no en todos los de nuestra vida: nos sentimos felices con miedo, tristes con momentos de esperanza, cansados con ganas de movernos.... es algo curioso los sentimientos que se pueden tener a la vez, los pensamientos que también van a la vez, y algunos momentos que parecen simultáneos, que de hecho son simultaneos aunque al principio solo recordemos uno de ellos... curioso es el tiempo, curiosos son los momentos, curiosos son los pensamientos, curiosos son los sentimientos, el único calificativo que se le puede dar: CURIOSO
Inesuchy
El sentir de las cosas vivido en soledad, notar cómo la lluvia cae sobre un paraguas que de tan mojado que está deja caer el agua sobre las cabezas de los que se refujian bajo él, el sonido de los pasos sobre los charcos, pasos de unos pies que están dentro de unos zapatos que te deberás quitar nada más llegar a tu destino, pues estás mojada de arriba a abajo, con los pies fríos, no, ¡helados!, con ganas de encontrar una calefacción. Levantas la vista y ves unas libretas colgadas en los árboles que están a tu derecha, mojándose pero parece que la cubierta protege las palabras que algunos aventureros decidieron escribir, e incluso firmar, menos suerte tienen los papeles que cuelgan de la cuerda, sujetos por pinzas como si de ropa se tratasen, la tinta que estaba posada sobre ellos describiendo lo que el autor decidió decir para que todo el mundo pudiese apreciarlo, se desvanece poco a poco creando manchones de tinta sobre el papel, probablemente nadie pueda volver a leer esas palabras ahí escritas. Sin embargo tú sigues mojándote en los charcos, de vez en cuando con alguna gota de lluvia mojando tu cabeza pero pensando en todo lo que encuentras alrededor, pensándo lo bonito que es a veces encontrarse sóla, bajo la lluvia apreciando cada detalle que te rodea, sin que nadie te observe (es demasiado pronto para que la gente mire que hacen los demás, demasiado pronto para juzgar a nadie). Por fin, llegas a tu destino, un edificio en el que últimamente no entras demasiado, aunque deberías, al entrar notas cómo el aire caliente de su interior te hace sentir un escalofrío “¡Pues sí que hacía frío!” piensas. Paso a paso te diriges a las escaleras, unas escaleras antiguas, de marmol, majestuosas casi como el único recuerdo del edificio antiguo en el que te encuentras, un edificio donde a penas se ha conservado nada de lo que allí había hace un tiempo, ni tan siquiera las cristaleras de la hermita han sido conservadas en su lugar, si no que unos cristales recubren el lugar donde deberían estar. Decidida empiezas a subir las escaleras, tras unos minutos llegas a la primera planta, donde empieza la zona “moderna” e igual, en la que a penas se diferencia este pasillo del que se encuentra un piso más arriba.