Hay días que simplemente la cabeza vuelve a momentos que creíamos olvidados, recuerdos que no duelen, por muy dolorosos que parecieran en aquel momento; no enfadan, por muy cabreados que estuviéramos entonces; no nos hacen llorar, aunque siempre lo hicieron.
Simplemente nos sacan una sonrisa acompañada de un encogimiento de corazón. No está claro si es alegría o tristeza, si es algo bonito, o por el contrario algo horroroso, simplemente nos marca el principio de lo que tiene que ser un cambio, al menos un chasquido de dedos que nos haga decir: ¡hasta aquí! o al menos a partir de aquí no aguanto más.
No se a dónde llevará esa chispa que se enciende en este momento, lo que sí se es que será la manera de encontrar la sonrisa en la que el corazón nunca se encoja.
Simplemente nos sacan una sonrisa acompañada de un encogimiento de corazón. No está claro si es alegría o tristeza, si es algo bonito, o por el contrario algo horroroso, simplemente nos marca el principio de lo que tiene que ser un cambio, al menos un chasquido de dedos que nos haga decir: ¡hasta aquí! o al menos a partir de aquí no aguanto más.
No se a dónde llevará esa chispa que se enciende en este momento, lo que sí se es que será la manera de encontrar la sonrisa en la que el corazón nunca se encoja.